Ana ahora empresaria

A través de la revista Quien, nos enteramos que Ana tiene un nuevo negocio.  A la par de su exitosa carrera, la actriz decidió incursionar en el ámbito restaurantero con Aguachiles la Mar Querida, en la Condesa. Si quieres saber cómo ha surgido todo esto, sigue leyendo la entrevista que le hicieron en la revista:

Imposible entrar al lugar y no caer en la tentación de probar alguno de los coloridos platillos que conquistan desde la vista. Y mucho menos si quien está supervisando que todo marche a la perfección es la guapa Ana Serradilla, quien se asoció en junio pasado con algunos amigos para poner este rico concepto de mariscos en el corazón de la colonia Condesa.

«Siempre quise invertir en algo ajeno a mi carrera, pero tenía que ser algo que me encantara», cuenta la actriz. Es curioso cómo le llegó la oportunidad, ya que ella había comido en una sucursal del mismo restaurante, en Playa del Carmen.

«Estaba yo comiendo ahí y hasta le dije a una amiga: ‘Fíjate que un lugar así sí me gustaría poner en México. Imagínate en la Condesa’. Se lo comenté así nomás como al aire. Y de pronto llega mi amigo Alejandro Rubio con la propuesta y obviamente acepté».

Mientras le tomábamos las fotos, comenzaron a desfilar platillos con mariscos y pescados muy frescos,  adornados con flores naturales. Ni Ana ni el staff se resistieron a probarlos, ya que el ceviche limeño es una especialidad
de la casa. El aguachile negro y otros platillos tardaron más en ser preparados que en ser degustados por la actriz, quien afirmó: «Los figurines de atún son mi fascinación, te puedes comer los que quieras porque es algo saludable y sin grasa; deliciosos aparte, los chiles güeros rellenos de queso y camarón».

A sus 32 años, Ana sabe muy bien que es importantísimo estar echándole el ojo al negocio y ella misma nos confesó que cada vez que va, revisa que todo esté perfecto; afirma que algunos empleados hasta le tienen un poquito de miedo.  «Ya nomás me ven venir y dicen, ‘Ahí viene la señorita Serradilla, nos va a regañar’ (risas), pero es para que todo esté mejor, porque estamos empezando, y bienvenidos los comentarios».

Pero el perfeccionismo no sólo lo exige en el restaurante, pues a la protagonista de Cansada de besar sapos le encanta poner su toque en todo lo que prepara en la cocina de su casa. «Yo no tengo la capacidad de preparar un huevo en la mañana sin que tenga algo especial, le decore el plato o le ponga un detalle, no puedo hacer un simple huevo con jamón. Te voy a hacer el omelette, con más claras que yemas, batido especial, con aceite de oliva, lo adorno con orégano. A veces me dicen que quieren algo sencillo, pero realmente lo disfruto, me gusta meterle el detalle».

Hija de españoles, desde que era niña Ana veía a su mamá y a su abuela preparar estupendos platillos en casa. «Siempre me pegué a mi mamá a aprender, mientras mi hermana se iba a jugar, yo me quedaba con mi mamá preguntándole qué le había echado a algún platillo, por qué se preparaba de alguna manera…»

Y al cuestionarla sobre las recetas de su familia, en seguida contestó: «La tortilla de patatas ¡me queda espectacular! Lleva su proceso, me lleva como dos horas hacerla. Hay gente que la prepara en 15 minutos, pero no sabe igual. Igual, la sopa de cebolla gratinada, es otro de los platillos que hasta los franceses me dicen que es la mejor que han probado».

Todo era entusiasmo y sonrisas, pero cuando le preguntamos a la actriz sobre lo que se está cocinando en estos momentos en su vida sentimental -tema del que no le fascina platicar- junto con el actor Arturo Barba, bajó un poco la voz y con una sonrisa pícara respondió:

«Estoy apenas iniciando una relación, llevamos poquito tiempo, y pues conociendo y disfrutando de las maravillas del inicio, de esas maripositas, de lo interesante que es conocer a otro ser humano y ojalá que resulte, estamos justamente en ese proceso», confesó.

De postre, mientras probaba el exquisito mousse de tequila y limón, Ana nos platicó sobre Drenaje profundo , la serie que emite actualmente Tv Azteca.

«La serie es un platillo muy gourmet. Está hecho con ingredientes de la mejor calidad, creo que Azteca nunca se había aventurado a hacer una serie así. No es ningún refrito, no es la versión latina de…, es una historia 100% mexicana, con creativos mexicanos, jóvenes nuevos que se les está dando la oportunidad de demostrar todo ese talento. Es una producción con efectos especiales, con caracterizaciones, con acción.

La verdad es que parece una película, se está realizando como si fuera un largometraje, a una cámara, y van a disfrutar cada capítulo con actores mexicanos, tenemos los mejores caracterizadores. Es un riesgo, pero el que no arriesga no gana, ojalá que el público reciba muy bien esta serie y valore que estamos tratando de dar cosas diferentes».

Sobre su participación en la serie, Ana adelantó algunos jugosos detalles. «Mi personaje es Yamel, una mujer que vive en el drenaje y que tiene 60 años de edad, pero no te voy a decir por qué ni cómo, ya verán qué le sucedió», concluye.

Fuente: Revista Quien

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